Cuatro acuerdan en ir al cine, por ganas, o por no tener otra cosa qué hacer. Nada planificado, sólo llegar un día cualquiera y dar con una película cualquiera; esa, la que tiene menos cola. Es la misma cola para todas, es fastidioso para quien atiende el contestar preguntas que no contempla su rutina. Escoge entonces esa. ¿Cuál? Esa. Está bien. No sabes si está bien, pero bueno; esa…
Una película parecida a muchas: acción, terroristas, departamentos de inteligencia, funcionarios corruptos e incorruptibles, leyes violadas y vírgenes; no por falta de violación, sino por falta de interés en violarlas. Cuatro salieron. Unos cuantos sorbos de silencio, uno que otro murmuro; dos de cuatro, tres de cuatro. Cuatro acuerdan y comentan…
Uno: más de lo mismo, el nacionalismo de grandes naciones, el héroe, el hombre que existe sólo en películas, conservadores que mantienen la paz a fuerza de violencia. Siempre hay alguien que tiene que romper las reglas para hacer justicia; justicia de películas. Dos: los irresistibles, los que no se resisten, gente bella que quiere y gente fea que no puede. Qué cuerpos, qué estilo. Tres: secuencias de acción, excelentes efectos, los protagonistas tuvieron que haber entrenado, aunque se dice que pudieron haber usado dobles. Yo vi un programa de cómo la hicieron, se fajaron en recrear los escenarios. Cuatro: ese director es bueno, esta película figura entre las más taquilleras de la semana, todos andan comentándola. Por fin la vi.
Cuatro acuerdan y contraponen acuerdos, quién ha de ver más de los cuatro. Cuatro estuvieron y cuatro encontraron. Desde las pantallas las películas son así: son uno, dos, tres y cuatro; sea en el cine o en el día a día, pero cuatro acuerdan e insisten en discutir…