jueves, 14 de octubre de 2010

Anécdota de la noche, instante del día...


Un beso sentido,
a cortos pasos del borde de los escalones,
empezando una despedida;
puede resultar tan placentero
que con cada escalón que subo voy saboreando mis labios. Así llevo en el gusto el recuerdo de lo que albergo en mi corazón...


Un beso dado,
antes de quitar las luces para partir,

remueve una mano del volante
para acariciar los labios que siguen degustando la húmeda marca;

que llevan la emoción y la sonrisa
en el recuerdo del instante que se produjo...






Femenino de origen persa... ¡Princesa!
Masculino de origen Germánico... ¡La gloria de mi tierra!


El problema y la excusa…



Dos puntos de un movimiento cíclico sin fin, uno plantea el problema y el otro se excusa originando un nuevo problema y en consecuencia, generar otra excusa para aquel que en primera instancia había citado el anterior problema…


Así sucesivamente; se plantean y se generan…

una y otra vez…



El resto:

ecos, ecos y más ecos…



La imagen me recuerda aquello de: “Un anillo para gobernarlos a todos…”

Quiero...


Quiero cada deseo escrito:
esos que portan tu nombre en el aliento,

tu mirada en el pronunciar de frases

y tu piel en cada acción de mi cuerpo…


Quiero que viajen mis textos
hasta tu lectura y pensamientos,
quiero que sientas como te siento

cuando sé tus ojos pasar por mis verbos;

quiero que bailes

como el lápiz sobre la hoja;

y te acaricies

como las teclas sienten el calor de mis dedos…


Quiero viajar por este lienzo

y desnudarte al invadir tus sueños.

Quiero sentir
que mis letras
juegan con tu aliento…

Quiero verte

por el párrafo de estos deseos,
y despertar
respirando sobre tu cuerpo…






"Puedes acariciar a la gente con palabras..." Francis Scott Fitzgerald