miércoles, 29 de febrero de 2012

Una nada para cada todo…



Ejemplos y ejemplares concurrieron al encuentro de la búsqueda todavía errante: todos tienen razón, por eso se equivocan. Se contempla lo que se presume sublime como se percibe: no está de moda quien se abstiene de usar el móvil cuando se le habla, no está de moda quien no necesite que se le repitan las cosas por falta de atención. Abstraídos más no abstractos; lo último tampoco está de moda hasta que la misma moda lo decida en sus variadas modalidades. Afirmar cada negación y creer negar la afirmación: una nada para cada todo…  
Todos tienen razón, por eso nos equivocamos, equivocarse también está de moda; es otra modalidad…


Así de alegre, serio y cierto…



Acariciaba la textura de una hoja seca que descansaba en mis manos, yacía sentado y tentado a las brisas; esas que venían de tus labios atentos pretendiéndome distraído. A media vuelta me topé con un beso, que no fue ni era el primero, pero como cada uno: un instante eterno. Resulta un poco difícil describir las sonrisas después de un pacto de labios, las sonrisas no suelen ser serias, pero cuando son así son sinceras y ya eso es seriedad. Un beso es un juramento y su sonrisa el asiento; así lo siento por cierto, como el sepia que fue verde y cuyo húmedo sentir fue dado a los vientos. Así de alegre, serio y cierto…


martes, 28 de febrero de 2012

De cabinas y pocetas…



Se paseaban algunas rutinas como sí lo rutinario se pudiera pasear, algo así como una obligación por gusto, que es muy distinto al gusto por la obligación; de lo último se habla como problema y no como virtud, siendo así entonces: la rutina encontró una rutina de distracción sin mucha abstracción. Un poco de música para  aislarse de ruido que acompaña la diaria caminata hacia el lugar de trabajo; ya se sabe que hay un empleo. Un saludo inconscientemente acartonado; se pregunta por el ánimo pero sin ánimo alguno de escuchar una respuesta distinta a la de siempre, siempre se está bien, “aquí,” o “Chévere;” que ayuda a presumir dónde queda el lugar de trabajo. Un encuentro a media mañana con amigos o compañeros de trabajo; después de ocho horas, cinco días y un poco más de diez años; un jefe es como un padre cuando dobla la edad y cuando no, es más bien un hermano. Así también son los compañeros de trabajo, que incluso van a la casa el domingo y el viernes por la noche a los tragos. Se dice alguna pequeña mentira que haga la conversación interesante, la verdad siempre aburre, está comprobado, basta con ver las noticias y los noticieros. Un sorbo de tiempo para ir al baño a una cabina, donde no puede haber más uno si se ha de usar el equipo completo; ahí se puede invitar a la abstracción con un poco de imaginación, ignorando por supuesto al olor distractor. Sin espejos, pero conversando con el alma: si cambiara esta vida…