Mostrando las entradas con la etiqueta mente. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta mente. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de noviembre de 2011

Supuestamente aparentemente…


La contraposición de argumentos sale a flote como restos de barco hundido, casi precisamente en las orillas de la percepción…

No cabe duda que tienen que existir sentimientos históricos no aprendidos, deben haberlos; así no tenga sentido sentirlos. Hay quienes estudian complejos en la sociedad y hay quienes sostienen que el comportamiento, o las reacciones del pensamiento; van ligadas al lugar y al momento, incluso más que la sangre y los estudios genéticos. Creo que es más que eso y todo eso…

Quien antes optaba por la sumisión y el silencio al verse desprovisto de conocimientos, ahora replica, debate, complica; subsumiéndose a un simple precepto mayor que tal vez ataca más al corazón que a la economía…

Objetar como vicio, para la ilusión de la inclusión sin linajes ni incremento dinero. Tal vez una droga nueva, gratuita, apta para todo público. No todo humo gris a puerta cerrada nace de cigarrillos fumados y olvidados, no siempre es eso lo que pone los ojos rojos. Algunas adicciones se han descubierto apartando récipes, prescripciones y leyes, pero al menos se nos advierte. En cambio ésta: ese deseo de replicar, de objetar, de estar preparado para atacar sin escuchar ni razonar previamente; ésta nueva adicción del mundo, sin advertencia, sin efectos secundarios aparentes; ésta nueva droga nos confunde el odio, el amor y la indiferencia: para todo ahora hay una extraña pasión que no es pasión, algo parecido a la obsesión sin ser obsesión. Vale la pena pensar al respecto. Es como si nos obligaran pero sin estar obligados; así se han conseguido pasados alternativos sin tiempo, los poderosos no se equivocan sino hasta que admiten estar equivocados. Mientras tanto: debatimos supuestamente y nos informamos aparentemente…

viernes, 4 de noviembre de 2011

Apellidos Comunes


Se me cierran las ventanas del mundo pensábamos todos uno por uno. Un tal Pérez confesaba que lo único que le movía el alma era la estupidez: mucha gente redunda entre preguntas y respuestas pareciendo eco del eco, Yo los detengo con mi interrupción; capto su atención, consigo esa expresión propia de los rostros y tan sublime que sin hablar me dice: ¿Eres estúpido? Un gesto tan sincero como pocos si es que hay otros; un gesto que me da el poder de ser Yo quien pone la frase en el pensamiento del estúpido verdadero, sin necesidad de decirlo ni de decírselos. Un Rodríguez cualquiera acotaba que su importancia se basaba, más que en la estupidez, en el constante requerimiento: no pido favores, no importuno, pero sé que al no molestar, molesto. Me llaman constantemente para pedir que haga aquello, que haga esto; no quiero hacer lo uno y lo otro mucho menos, pero me siento muy solo cuando nadie interpone algún requerimiento. Hablaron los Martínez, que sin unos cuantos tragos no pueden decir ni sonreír: la vida es tal cosa, las cosas de una tal vida. Márquez: Márquez calla viviendo de los testimonios y del regocijo que se procura con el silencio…

Se es Pérez en ocasiones, la rutina puede llevar el apellido Rodríguez, cualquiera es Martínez en una reunión, y a veces, en la sobriedad de la soledad, se llega a ser Márquez…



Saludos en letras…

miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Nunca mentimos?


Se me escapó un delirio y lo hice frase: la Verdad es excluyente, dicotómica. Cuando no libera, condena. A diferencia de la mentira. Acto al que le rindo homenaje hoy a causa de otro delirio: con la reserva de una verdad nace una mentira…


Se me ocurrió pensar en el amor y en la política, nada parecido al amor por la política, o las políticas del amor si es que tal cosa existe. Pensaba en estos dos temas separadamente, unidos por mentiras y verdades del día, de la voz y del silencio. Para que un argumento que emane de un discurso político sea verdad, necesariamente tiene que ser para unos y algunos, al decir que es para todos, sólo se me ocurre invocar al primer delirio. En el amor pasa algo similar: hay que callar (reservar) alguna verdad de vez en cuando para preservar al sentimiento, y aquí cito al segundo delirio…


Entonces: ¿Nunca mentimos?

lunes, 31 de octubre de 2011

Pensado al mal pensado…


Caminaban los dedos alrededor de una taza de café tanteando su calor de recipiente, así como quien camina a pies descalzos por la arena de una playa caribeña a horas del mediodía. Paseaban por el aroma del humo simulando vuelo, sostenían el peso, cumplían con llevar el sabor a los labios de quien todavía se negaba a despertar por completo. El roce invocaba a algunos pensamientos…

Una que otra inquietud se apresuraba en hacerse lugar en el presente de la mente: ¿Son la interrupción y la impertinencia recursos para llamar la atención? Al ser la contradicción lógica, ¿lo es también por absurda? ¿Qué tan absurdo es lo obvio y qué tan obvio es lo absurdo?

Volviendo a la impertinencia y a la contradicción absurda como acto de interrupción: ¿Realmente quien la practica, necesita un puesto en una conversación entre terceros? ¿Por qué es tan importante para esa persona tener respuestas negativas? No comprendo esa necesidad de sentirse pensado al ser mal pensado por los demás…


jueves, 27 de octubre de 2011

Sentir y sentimiento…



Palabras: que se te formaban letra a letra lentamente, desde los labios, aun con labial y todavía por conocer. Un momento: esperando, alojado en las ganas de sonreír, en las ganas de tomarte una vocal con un primer beso; un primer beso que declare,  uno siguiente que proclame, y así: dejar al idioma del calor de los cuerpos hacer del lenguaje un sentir; un sentir que nos fluya a un solo cuerpo, y dé vida al sentimiento…



martes, 25 de octubre de 2011

Cuando somos pre/fijos…



El re/inicio no es un inicio repetido, en todo caso es volver a empezar, y de ser así el caso: volver, en tal caso, no sería sinónimo de regresar. Algo así como las segundas oportunidades, las cuales, presuntamente, han rechazado ser primeras en la vida de alguien más...

Cualquier res/puesta es un tema de parrillas o barbacoas, y aquí no decimos que res sea una cosa. Todo trago dulce es amargo junto a una mala noticia, o a un incierto cierto…

Así nos vemos cuando somos pre/fijos, y no me refiero al tiempo laboral que precede al de quedar fijo. Vale acotar que el tiempo que pre/cede, aunque sea del pasado, no tuvo por qué haber sido antes de ceder…


lunes, 24 de octubre de 2011

Martha y Ellas, Francisco y Pedro; y los Egos…


Martha me dejó, Pedro. Me dejó por un idiota casado, prefiere ser amante, ocultarse entre nombres; prefiere eso a este noviazgo, a este sincero sentimiento. ¿Puedes creerlo? Mira Fran, francamente eso se veía venir; siempre fuiste víctima de tus crímenes y lo sabes: tuviste tantos amigos al teléfono, ¿cuántas veces usaste mi nombre, por ejemplo? No es igual, Pana; ella era la más importante. ¿La más importante, Fran? Perdiste esa relación desde que caíste en el juego perverso de los egos. ¿De los egos? Si Vale, de los egos. Nuestro ego alberga dos egos, al menos así lo veo: un ego territorial; muy propio de nosotros, y un ego intelectual; de ellas. Uno lo tenemos por distracción y el otro por esencia: uno domina al otro, y evidentemente el que nos domina va relacionado al territorio. Ellas no, ellas se rigen por el ego intelectual, y este, a su vez; domina al otro. Así de real, viejo. Verga Pedro, no entiendo un carrizo…

A ver: el mal llamado machismo es un invento propio de quien complace al ego con su intelecto, una institución creada para crear excusas, para poder contraponer estos egos: tú nunca has conquistado a alguien, pero lo territorial te hace parecer conquistador; tú mismo te lo crees, y seguramente, el tal González, casado, debe creer a Martha un trofeo; cuando es Martha la que bebe del ego de la esposa mientras se entretiene con el bicho este; tal como hacías tú…

No Pedro, machismo nada; yo soy de los que piensa en la igualdad de género, pero eso no quiere decir que no me afecte. La igualdad de género, déjame ver: esa es otra institución, más moderna y menos universal que la del machismo. Me hiciste recordar a un Pana que me dijo que la igualdad de género fue un invento del capitalismo para que las mujeres, en su afán por competir,  usaran faldas más cortas. ¡Cómo me reí! Pero la verdad es que el machismo clásico hizo a la fémina más poderosa aún: princesas, reinas, doncellas, damas de honor y de títulos; la virginidad y la belleza que las acerca a lo divino y a lo divinas, pero con la sola mala suerte de haber gestado violencia entre muchos hombres: acto salvaje que se empeñan en domesticar. ¿Quién se empeña? La gente, Fran; la gente, todos…

Si Pedro, ¿pero cuál es el punto? Tenemos dos egos en distinto orden con respecto a la mujer, uno se corresponde y se antepone al otro, por eso nos vanagloriamos con varias mujeres cuando son ellas quienes han sembrado todo esto a través del tiempo: el mundo es de ellas, supongo. Por eso los islámicos apelan a la represión, porque saben que el día que permitan un hombro, una pantorrilla; se les acabó el dominio: ¿a eso te refieres? ¡Entendiste Fran! ¿Y? ¿Y, Pedro? Esta historia se cuenta entre dos hombres, pero en algún otro lugar son dos mujeres quienes cuentan su historia de un hombre, o de otra mujer quizás. Para mí es un solo ego, el de quién sea, y el mío, hoy,  está herido…

jueves, 13 de octubre de 2011

Así habla el Momento desde el otro lado de las ventanas…


Las perspectivas se alojan  con la ruta del agua y sin embargo se insiste en que las cosas se ven en seco. Mucha gente plástica se cree de papel y le huye a las ganas del cielo. Algunos no creen que en las nubes también se alberguen deseos…

 
La lluvia no ha perdido la costumbre de delatar al viento como lo hace con la intención de las calles. No por nociones de física, sino que todas las subidas fueron hechas para bajadas: un asunto de gravedad, presuntamente…




Así habla el Momento desde el otro lado de las ventanas…