miércoles, 14 de marzo de 2012

Se llega para esperar…



Esperando para llegar a la espera: ansiedades no errantes y si itinerantes; estas también evolucionan como las penas. Así como esas peleas entre comprar y tener y tener y usar, todas rebeldes al aprovechamiento; del cual ya no es temporal su amnesia. Las penas aprenden, como los seres, a no dejarse ahuyentar. Los placebos son cada vez más costosos y menos caros. El empeño sufre de insomnio, por eso la realidad no sueña; por eso la rutina ve con ojeras, por eso: a la espera se llega para esperar…

martes, 13 de marzo de 2012

convención.



Naturalmente han de concurrir los espíritus de los convencionalismos, esos que nacieron de la imposición y no de convención alguna. El alma alberga sus hallazgos y los proclama pensamientos, de estos, muchos se ahogan en el paladar como quien trata de reír mientras bebe, mientras bebe de algún vaso otorgando independencia a los instintos del cuerpo. No es cuerdo darle cuerda a las dudas cuando nadie quiere dudar lo que acepta, por eso aceptar lo impuesto es una convención. No obstante, aceptantes se llaman irreverentes; entre ellos…


“El hombre no es de ninguna manera un ser firme y duradero, es más bien un ensayo y una transición, no es otra cosa sino el puente estrecho y peligroso entre la naturaleza y el espíritu…”
Hermann Hesse, en El Lobo Estepario.