Un momento se desborda en la
desesperación de la calma. Una pregunta nace, sin morirse en su respuesta; no
se convence al perder cada batalla que se libra en un silencio escéptico: hablamos
para eludirnos y distraernos en los deberes de la noche, durante cada día; como
siempre. Casi nunca nos reponemos de tanto posponernos. La pausa en constante
movimiento: aquí, allá. Conversemos. Hoy es ahora, hora de responder; pregunta
tú primero, yo quiero callar después…
Todo hombre tiene derecho a dudar de su tarea y a abandonarla de vez en cuando; lo único que no puede hacer es olvidarla.Paulo Coelho