Encontré que vintage es
un calificativo que se usa para algo que fue, que se usó, que era de buena
calidad pero que no ha pasado tanto tiempo como para se le llame antigüedad.
Por lo que puedo decir que los treintones de ésta época y junto con los todavía
mayores; tuvimos una infancia vintage y vintage es hoy todo lo que nos traslade
a esos años… por eso hablar de una sala llena de espejos en un apartamento, así
como jugar con kalkitos, es
remontarse quizás a lo previo del posmodernismo, el cual a su vez es previo a
la globalización…
Si la moda de una
infancia hoy se enmarca en lo vintage, la adolescencia de ésta se enmarca en la
posmodernidad; y si este niño ha concebido en la duda, producto de ese intento
de reconocimiento en una sala de espejos, un patrón de pensamiento y por ende
de vida; cuando le nacieron tormentos propios de estar más cerca de hacerse
adulto, se tuvo que hacer con pequeñas historias que se sumaban y restaban,
quedando así disperso entre perspectivas y puntos de vista, y con eso, como
insumo; construir sus sueños de generación equis…
Fue entonces el momento
de ir a la universidad, para ser alguien
en la vida, pero también el de aprender a tocar un instrumento musical,
para que en la vida, ese alguien, sea también para sí. Para no entregarse por
completo y en bandeja de plata a lo que vendría: a la gran globalización…
El niño siguió con sus
fragmentos, todos esos que eran parte de él (todos los del espejo) y su forma
de ser empezó a dudar partiendo del delirio; se es alguien, pero él se siente
algunos, o sea, se siente que es más que un alguien, pero no contó con la
característica, con lo global pues y descubrió que todos sus algunos se iban a
fundir en un solo alguien, entonces entendió el precepto con el que creció: ser
alguien en la vida no es sumar tus pequeñas historias, sino fundirlas en una
sola historia global sin importar los espejos y el reconocimiento: todos somos
uno y ese uno es general…
¿Quién siente miedo?
Quien vio al Poder en su camino recorrido. ¿Y quién tiene Poder? Quien se hizo
con el miedo en su recorrido y caminó… Pero lo último lo abordaremos en otro
momento, por ahora nos quedamos con el niño que ahora es adulto y su dilema,
uno de sus varios él no quiere ser pendejo…