miércoles, 19 de noviembre de 2014

Recuérdate del olvido


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Hola Amanda. Hola chicos. Iris, les sirvió lo que te dejé ahí. Si, de hecho seguíamos indagando al respecto, fíjate en esto: un señor de esos dijo que el hombre es ese ser que se angustia, y partiendo de la angustia como sentir, pudiera ser quizás el motor de qué deseamos usar para que esté presente en nuestros recuerdos, rechazando así lo que no nos es útil para traer a colación en un momento determinado. Olvidas el placer Iris… el gusto, inducido o no, crea adicción, y qué tal si la angustia, así como el olvido, son recursos para el placer; no crees que hasta el ridículo tiene su encanto por el fin que pueda llevar escondido, a veces la gente sólo se ríe, obviamente esa es otra manifestación de placer, pero eso es tan extenso, tan complejo… mira, vamos a dar una vuelta, deja a tus compañeros acomodarse bien en la casa…

Y aquí empieza una función. Gisela, escuchaste lo que dijo Amanda, la angustia y el olvido como placer. Placer Fran, sí, uno puede olvidarse por ejemplo de un amor declarado tan sólo porque se le tiene ganas a otro cuerpo en un momento determinado, por cierto, ya abriste la botella. Sí, pero pensaba esperar a Iris y claro, a Amanda si quiere. Recuérdate del olvido. Claro; salud, y por cierto, sígueme contando del olvido, me interesa, por ejemplo yo puedo olvidarme de una angustia en este momento: y es cuánto se pueden demorar las muchachas en llegar. Exactamente Fran, yo puedo olvidarme de los compañerismos y ver que la angustia, ahorita, se me viste en calor de ganas. Dímelo más de cerca, así de cerca, tan cerca que puedo quitarte esa gota de vino que descansa en tus labios con mi lengua. Bueno, eso sí no deberías olvidarlo… Y digamos que transcurre suficiente tiempo en cada punto de los puntos suspensivos; suficiente tiempo para que Gisela se quite toda la ropa, para que Francisco tome la botella y deje caer pequeños sorbos sobre el cuerpo que se le exhibe en este momento. Suficiente tiempo para que su boca salude en besos a todo el ser de Gisela, la cual, en este momento otra vez, se representa con el puro cuerpo... Torpe pero con determinación, Francisco se quita los pantalones y olvida quitarse la franela, se quita los interiores, de adentra en la humedad de Gisela, en la ofrenda de la angustia y del olvido que se conjugaron – sin caer en reglas – en la palabra clave que dijo Amanda: placer. ¿Y Amanda? ¿Qué tan placentera en su angustia, su olvido? ¿De dónde saca la idea? ¿Será hora de hablar de Elsa? Esperemos otra función, ya ésta parece que ha culminado… Me fascinas Gisela, me encantas…





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
Bienvenidos sus comentarios, desde ya es un honor…
 


miércoles, 12 de noviembre de 2014

lo del control cambiario es una oportunidad y una condena



21

Pase por aquí señorita, me dice entonces que quiere optar por la vacante. Si, desde febrero andamos sin clases y la verdad es que para los que sólo estudian, esto puede representar una gran pérdida de tiempo, por cierto, a qué debo la formalidad; he de tratarlo de usted aquí en la oficina. No tonta, estamos en confianza, a propósito de lo que has dicho, por qué piensas que pierdes el tiempo, tengo entendido que el estudiantado se ha sumado a una lucha social; pienso que independientemente de los resultados inmediatos, tener una causa es algo que ennoblece, mi hermano por ejemplo se ha sumado a las barricadas, cada día cree más que el futuro del país yace en no dar marcha atrás. Tu hermano vive contigo y tú cubres sus gastos, si no tienen comida hecha él puede ordenar algo por teléfono, no es mi caso, yo vivo, como bien lo sabes, con Iris y Francisco, y nosotros a su vez vivimos con Amanda, que es a quien pagamos por el cuarto, el poco dinero que me queda lo obtuve de aquellas veces en que viajaba con las tarjetas de crédito de todos los amigos de Amanda, de hecho tuve la tuya, querías unos dólares también. Todos queremos Gisela, lo del control cambiario es una oportunidad y una condena. Yo sé Henry, pero ya no puedo viajar y ya eso no se puede seguir haciendo, necesito algo aunque sea de medio tiempo. Te entiendo, pero me preocupa que esto pueda cambiar las cosas sabes, cosas como lo que pasó aquel día, no sé si tú lo olvidaste, pero yo sigo celebrándolo, aquel cuerpo a media luz y a medio vestir, aquel frío que necesitaba calor, calor de dos cuerpos juntos, bailando sobre aquella cama, desnudos, de verdad fue de dioses: divino pues… No tiene por qué cambiar Henry y no lo he olvidado, no creo que vaya a trabajar para ti, a menos de que la vacante sea aquí a tu lado. No, la jefa de la otra ala necesita una estudiante, por eso pensé en ti. Ese día hablamos mucho, y no sólo con nuestras manos… Ahí conocerás gente importante, los chivos se la pasan más de aquel lado. Si me dan el puesto lo celebraremos en grande. Pero mejor incluso si lo celebramos en privado, por cierto, qué piensas hacer con Fran. Tú qué piensas hacer con Amanda. Amanda ya habrá pensado por los dos, es más, por todos, esa es una sus virtudes… Fran me conoce, sabe que fuimos un producto de las circunstancias: convivencia y oportunidad, así es para él. Bueno, visto así, yo soy para ti eso, oportunidad y convivencia… Pero todavía no he sido Amanda, si lo fuera, a lo mejor. Te burlas de mí. No tonto, es sólo por decir… 





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
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