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Otra
vez solos y desnudos. Sí pero tenemos que vestirnos, Iris debe estar por venir.
Sabes Gisela, a veces me pregunto: en una ciudad como ésta donde todo es tan
caro y donde vive tanta gente, además de que los sueldos no alcanzan para una
total emancipación; cómo hará la gente para tirar, para hacer el amor, para
satisfacer las ansias de los cuerpos: cómo hacen. Tal vez como lo estamos
haciendo nosotros. Es distinto Corazón, nuestra atracción nació de la
convivencia y la convivencia nos dio la oportunidad. Tú crees eso. Bueno, más o
menos, mira; si fuese otro chamo el que viviera aquí, por ejemplo uno como
Henry; también te habría pasado con él. Y a lo mejor si yo no estuviera aquí
Fran, te habría pasado con Iris. O con Amanda Gisela, ese es el punto: la
convivencia otorga una oportunidad y la oportunidad es controlada por las
personas, entonces, cuando la oportunidad se produce en la convivencia, una tal
Gisela hace el amor con un tal Fran. Bello, pero te olvidas de algo: si no me
fueras atractivo, ni durmiendo en la misma cama habría tenido sexo contigo, ahí
se te cae la convivencia. No, ahí se me cae la oportunidad: ahí hablamos de que
no tengo chance, por eso las uno; en el Oriente el amor nace con la
convivencia, en el Occidente el amor nace con la oportunidad, aquí pues donde
todo se compra y mejor aun cuando viene de afuera, el amor nace con la
convivencia y la oportunidad. Y todo parece que te rima, no; es gracioso. Sí,
lo es, pero sigo con mi duda: supongamos que vas al Café donde solemos
reunirnos, pero esta vez vas sola, con unos apuntes del Dasein y en las hojas
aparece escrito bien grande, cosa de cualquiera que pase cerca de la mesa donde
te sentaste, pueda darse cuenta al menos del título de lo que estás leyendo,
ponte que pasa cierto tiempo, pasa una pareja, te ven, los ves, equis, nada,
pasa una muchacha y arruga la cara al echar una mirada a tus hojas, pasan dos
chamos, uno te pica el ojo, el otro lanza un beso al aire con sus dedos porque,
quizás se cree más tierno que el amigo, pero tú nada, tú sigues leyendo y
volteas de vez en cuando por el efecto de los ciento ochenta grados con los que
miramos, aja, bien, sigues ahí y, de repente, llega un chamo, buenmozo, y resulta
que el Café esta full, se te acerca, te pide permiso, tu accedes y él se
sienta, y resulta que no sólo estudia lo mismo que tú, sino que le encuentras
una magia singular en unir las palabras, tal como el hombre del Dasein… el
chamo te une de manera sublime al sexo con el ser y tú empiezas a excitarte, él
lo nota, pasa la mano por debajo de la mesa y tú te excitas aun más, supongamos
que todo eso ocurre, qué crees que harías, te irías al baño del sitio a
tirártelo, pagarías un hotelito cercano, o más bien te lo traerías para acá, a
ver, qué harías. Tienes razón Fran, te diría que me lo tiraría en el baño, pero
ya sabemos cómo es el baño del Café, así que esa no sería una posibilidad… por
otro lado el hotel es caro, y él tendría que tener dinero, ya sabemos que yo no
tengo, y aquí no me lo puedo traer porque, la llave y la casa, son compartidas…
Ahora entiendes mi punto, oportunidad y convivencia Gisela, pero sin duda
alguna, ambas, en ti, se unen de manera divina. No eres tan tonto Fran, eso nos
servirá para la Avidez de novedades. Iris sigue con eso por lo visto, que le
pregunte al Bartolo de Denise. No creo Fran, creo que a Iris no le gusta estar
ni medianamente cerca de ese personaje…
Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
Bienvenidos sus comentarios, desde ya es un honor…