lunes, 26 de septiembre de 2016

Conversaciones entrecortadas…






Te lo dije, sí, luego de un buen rato de silencio y de que nuestros pulgares copularan con las pantallas del celular, además de reírnos sin mirarnos: te dije lo que pasaría, y me pediste que lo repitiera, porque es que siempre aquel fulano que vive en no sé dónde envió el no sé qué que como siempre, hay que ponerle una pausa a la conversación en vivo; y ése es otro tema, pero lo abordaremos luego: la virtualidad nos ha hecho concebir la idea de que la pausa, así, estilo control remoto; debe hacerse en persona porque lo comunicado a través del celular no puede esperar, y bajo esa idea incluso hasta aguantamos las ganas de ir al baño, cuando no podemos llevarnos el teléfono debido a que se está cargando. Pero bueno. Te dije… te dije que si el referendo no se hacía en el dos mil dieciséis, lo que iba a ocurrir era que, al recoger el veinte por ciento para su solicitud, éste no iba a ser recaudado, pero no porque falte gente, gente hay, y de sobra, sino por las formas, la logística: atravesar la ciudad, hacer la cola, en este momento hay múltiples formas de retener a un puñado de gente en un sector por horas: el metro, la remodelación o más bien reparación de una arteria vial. Hay formas, y van a usarse todas, todas, porque la meta es la noticia: conseguir la afirmación para el mundo: que nuestra democracia ha hablado, que la oposición no tiene la gente, pero como respetamos la voluntad de los firmantes (que técnicamente y con premeditación y alevosía van a ser menos que los que participaron en las elecciones presidenciales), igual vamos a convocar el tan anhelado referendo revocatorio por allá, por el final del primer trimestre del año que viene. De esta manera se podrán retrasar las elecciones de gobernadores y conseguir una coyuntura electoral, la cual obligará a los poderes a priorizar qué debemos elegir primero. Se puede pasar un tiempo en eso, y todos querrán una cara, una consigna, un mensaje: un presupuesto, porque todo esto se hace con dinero,  y por dinero nos dirán también lo que se debe priorizar… te me quedaste viendo, sin prestarme mucha atención. Creo que el cuento te lo hice muy largo y te hice perder la idea de lo que ibas a decirme, porque así son las conversaciones de hoy; entrecortadas por el teléfono. Creo más bien que el teléfono nos entrecorta los pensamientos, por eso quizás nos cuesta tanto la acción. Ir, buscar, revisar, leer bien, qué va… Te molestaste pero luego se te pasó, llegó la comida y teníamos hambre, el aroma finalmente habló y me dijiste entre bocados: si la gente concibe esa idea se desmotivará, y eso el país no se lo puede permitir. Ya hay bastante mediocre por ahí que sonríe con picardía porque conoce al zutano que le consigue la Harina Pan. Eso, entre miles de cosas más que mejor hablamos luego… ni has empezado a comer por tener el teléfono en la mano…

viernes, 23 de septiembre de 2016

Administrado administrador con servidores sin servicio…




Resulta interesante saber que el origen, por así decirlo, de funcionario; significa profesión u oficio cuya labor es funcionar, y que a su vez ésta tiene que ver con el cumplimiento de un deber. No busqué mucho más de ahí, pero puedo inferir que – porque su definición lo implica – el cumplimiento del deber del funcionario es a través del Estado, por lo que decir funcionario público es un pleonasmo. Con funcionario basta. Eso lo sabe mucha gente, como mucha gente sabe también que en la jerga legal – por no decir leguleya – el administrador viene siendo la nación y el administrado el gobierno, o es al revés, es curioso: como ciudadanos facultamos a un grupo de personas para que administren lo que nos compone en nación; es ahí donde al Estado lo convertimos en administrador, cierto, pero es la nación, o sea, los ciudadanos, quienes eligen a su administrador y por ende elegir también cuándo revocarlo, para eso el Poder Público está divido en Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial; en el caso de Venezuela, además de los tres anteriores, también están el Poder Ciudadano y el Poder Electoral. Sí. Los asuntos electorales, en Venezuela, son administrados por un poder independiente, divido y no subordinado a otro, con el fin, obviamente, de no sucumbir ante el solapamiento de otro poder. Aquí las elecciones son directas, porque supuestamente son las más democráticas, porque cada voto vale lo mismo y así pues: un poder independiente para un pueblo administrador con unas elecciones directas y universales. Esto, como en cualquier organismo público, convierte a cada funcionario en servidor, y esto es lo que quería dejar escrito, para eso cité toda esta palabrería innecesaria: el funcionario es un servidor y la institución para la cual cumple; por lógica, y por ley; es un servicio, es decir: los eventos electorales en Venezuela son parte de un servicio que el Poder Público, en este caso el Electoral, está en la obligación de dar, según sea requerido, y este requerimiento reposa en el ordenamiento jurídico; ley y orden pues. En fin: debe ser difícil tener la obligación de prestar un servicio cuyo servicio sea deliberadamente no prestarlo, complejo ¿cierto?