Entre tantas virtudes que caracterizan al humano, encontramos una muy sublime y objeto de mucha reflexión; la duda.
Dudamos desde pequeños, y por dudar buscamos el horizonte sin dejar de ver las huellas que dejamos, la duda nos hace evolucionar; nos lleva a dudas nuevas que irán otorgando definición a un borroso momento de tiempo presente, dudar conduce a la certeza, en cierto modo.
Algunos dudan por un tiempo, luego piensan que es malo dudar para los que aún dudan. Por eso a veces, cuesta la certeza de algunos terceros, para los no tan terceros que todavía gozan del oficio de dudar.
Dudar debería ser derecho expreso.
Siempre es buena una duda efímera de la que pueda nacer una plácida certeza…