jueves, 4 de diciembre de 2014

Febrero del 2014, un momento


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Santiago de León de Caracas, ese es el nombre que lleva esta ciudad que llamamos Caracas, no voy a hablar de su historia por dos cosas puntuales: una, no viene al caso, y otra, no me la sé. La menciono porque, además de ser el lugar donde acontece esta historia, hay algo que sí sé: muchos de los nombres importantes que constituyen la república, vienen de la unión de lo indígena con lo conquistador. Esto es algo muy común en este continente, para nosotros la fonética es fundamental desde el idioma español… nosotros decimos castellano (y esa es otra historia) Dos mundos se encontraron y luego de bañar los ríos y las piedras de sangre, se hicieron los nombres y las leyes, por ahí va la cosa. En Caracas viven las tres amigas, los dos hermanos, los compañeros de trabajo y los compañeros de estudio. De ahí sacamos cinco parejas que se constituyen de la siguiente forma: de las tres amigas hay una que sale con la pareja de otra y la otra restante, sale con uno de los compañeros de trabajo cuyo compañero a su vez, sale con una de los tres que son compañeros de estudio, estos últimos viven con una de las tres amigas cuya pareja tiene un hermano... Desde otra perspectiva, los dos hermanos han estado con la misma mujer y dos de las tres amigas han estado con uno de esos hermanos. Aparte de eso dos de los tres compañeros de trabajo empezaron a acostarse…

Febrero del 2014, un momento políticamente importante para la ciudad, el país y las parejas, la población votante se divide en dos: los que están a favor y los que están en contra, pero, en contra de qué, bueno, de lo que hoy se idealiza en nombres y apellidos, sin embargo, es valedero mencionar que la población siempre ha estado divida, como asumo ha venido ocurriendo a lo largo del continente, la población se dividió pues porque nos constituimos a partir de la unión de dos mundos, cada mundo tiene su origen y tiene qué defender y oponer frente al otro… Los tiempos pasaron, pasaron, y muchos elementos se han venido agregando a este encuentro histórico del que tanto se habla y tan poco se quiere comprender. Pero en sí es eso, dos mundos encontrados queriendo dejar claro cuál debe someterse al otro... Dónde yace el problema hoy en día, en que el mundo que somete al otro, lo ha logrado infiltrándose en éste y a cada mundo le ha tocado alguna vez ser el sometido. Volviendo a la fecha, uno de estos mundos reclama de nuevo su lugar, y tal clamor se manifestará en diversos acontecimientos que llenarán las páginas de los noticieros y pondrán a todos a hablar de lo mismo y a diferir de lo mismo una vez más. Juan iba a salir a manifestar porque, primero que nada no trabaja y segundo, está en el mundo de los que se han indignado; quedó en encontrarse con unos amigos, Amanda llega a su casa (porque es la misma casa de Henry) y decide esperarlo, Juan no iba a dejarla sola, así que decidió quedarse y conversar. Henry llamó a su hermano por teléfono y le dijo que había muchas barricadas por la zona, por lo que decide mejor quedarse en otro lado. Juan olvida decirle que ahí estaba Amanda y Amanda intuye en el color de la piel y el tono de voz de Juan, cuán deseoso e imaginativo éste estaba… decide pasarle la mano con gestos algo insinuantes, gestos acompañados de frases, gestos como: ay qué chistoso eres, luego se pone de pie, toma los brazos de Juan y los pone alrededor de su cintura: crees que estoy gorda, cómo me queda este vestido. Juan no se contuvo y puso la mano donde ha querido ponerla desde que conoce a esta mujer y Amanda ríe, sonríe, y la descripción del resto quedó apilada junto con la ropa que cargaban puesta… 

Henry ya había estado un par de veces con Elsa, de hecho la primera vez fue antes de conocer a Amanda, Henry y Elsa vivían cerca antes de que éste se mudara al nuevo apartamento que compró y antes de traerse al hermano para la capital a ver si le iba mejor. Por donde vivía Henry, y vive Elsa todavía, no hacen barricadas. Se vieron, vieron las noticias, compartieron un par de tragos y, Henry decidió llamar al hermano para que no se preocupara. Henry hizo de una antigua convivencia una nueva oportunidad: dónde hubo fuego cenizas quedan, dice el refrán… Es curioso que haya conocido a Amanda por ti, hablabas tan bien de ella… Sí, pero no fue tan curioso – y esto que sigue no lo dijo, sino que más bien lo pensó – no fue tan curioso porque un hombre bien plantado, como esta sociedad suele catalogar a los que son como Henry, no es un hombre que inspire seguridad… una lo muestra como adorno a ver cómo se subasta entre las demás mujeres, para ver si valió la pena la inversión… un hombre bueno es un hombre como Bartolo, pero éste es visto como tonto; una muestra su trofeo, tal como el hombre que muestra su nueva amante (especialmente el comprometido) una ve que despierta el interés de la amiga y una decide mejor apartarse… hoy las circunstancias han puesto al servicio una oportunidad… por qué no disfrutarla, total, es por mí que se inició ese romance – luego habló – no fue tan curioso Henry, pude haberle hablado mal de ti, pude no haberlos presentado. Sugieres que estoy con ella debido a ti. No exactamente, pero algo de cierto tiene lo que dijo el muchacho que vive con Amanda: convivencia, oportunidad… 





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
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miércoles, 26 de noviembre de 2014

El verbo crear, como el verbo creer


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Francisco…  A ver, Francisco por qué Elsa, por qué no el hermano de Henry. No lo sé Amanda, me gusta su entusiasmo, estaba con Denise el otro día que me enseñó algo intrigante, y no es de las cosas que le consigue Bartolo, quizás por eso lo asocié más con Francisco, y era algo que tenía que ver con la flojera de crear. A ver, de qué se trata. El verbo crear, como el verbo creer, se conjugan igual en la primera persona, es decir, yo creo cosas y yo creo en cosas, el artículo explicaba que la fonética lleva implícita una suerte de hechizo, que la palabra, aunque esté definida, posiblemente evoque a otra por su parecido en el sonido; con las palabras crear y creer abrimos un hueco en la percepción, una te sugiere poder y la otra sumisión, una te da a entender que lo realizado emana de ti y la otra que emana de alguien más… Pudiera entender por lo que dices que el poder y la sumisión pueden confundirse. Sí, de la misma forma en que pueden confundirse el hecho de que a mí se me ocurra algo y de que ese algo se la haya ocurrido a otro primero… entonces, al creer también creamos, o al crear también creemos, tú qué crees. Te diría sólo yo creo, así daría a entender que pienso en las dos y a la vez. Sí, es interesante porque lo único que está claro es la confusión, y dicha confusión se cubre de momentos. Momentos de poder y de sumisión. Sí, momentos de creadores y creyentes; pero, y si le buscamos sus opuestos, a ver, quién es el que no cree: el escéptico tal vez, y quizás por no creer crea, así como el caótico, asumiéndolo opuesto del creador porque destroza… pero creo que todos albergan en sí mismos una forma de creación y una de creencia, entonces todo se confunde más… en esa confusión nos desenvolvemos, aunque no nos sirva de excusa. Tal vez no sea una excusa Amanda, tal vez sea la razón, y ésta última va de la creación a la creencia sembrándole carácter a las personas para que asuman que no importa lo que crean, porque allí siempre se van a confundir… eso le da más sentido a la existencia. Sí, definitivamente, y eso qué tiene que ver con Francisco Elsa, estás empezando a creer en él o más bien a crearte una imagen para que al final no tengas las necesidad de creer. Qué. Te lo pregunto…

Elsa pensó que salir con Henry no le brindaba la satisfacción que ella quería. No sabía realmente si lo que quería era una búsqueda y si dicha búsqueda encontraba satisfacción. Elsa, al igual que Iris, se pregunta; y al igual que Gisela, se responde: un hombre como Henry vale más la pena, pero en su faceta de Iris no ve el porqué. Elsa siempre ha admirado a Amanda, y a veces, la admiración es lo que satisface, por eso se crean y se creen muchas cosas. Francisco acababa de estar a solas con Gisela y fue para la calle a hacerle un favor a Amanda. Elsa, por otro lado, venía de verse con Henry, tal como Denise venía de verse con Bartolo… Elsa se encuentra con Francisco así como la otra muchacha se encontró con César hace unas letras atrás…

En qué piensas Fran. En Bartolo, pero no por mal, sino que cargo aquí un escrito y me preguntaba si debía dárselo a Gisela, o a Iris; la otra vez hacíamos bromas de la clase de mujer que podía ser Denise en vista de que la han enamorado con artículos del ser… Crees que hay clases de mujeres Fran. Bueno, no creo en las mujeres de clase. Iris y Gisela son mujeres de tu clase, estudian juntos no. Me refiero a la clase social. Y las que recibes en la universidad qué son, hurañas Fran. Tú me entiendes. No, la verdad no Fran, pero si te puedo decir que si no involucras al dinero, la gente, más que ser de una u otra clase, pasa por ciertas facetas ante situaciones determinadas… a ver, de qué trata tu artículo. De la fonética. Por qué no me explicas mejor eso, a menos que tengas que volver rápido a casa de Amanda. Bueno, vamos a sentarnos por aquí…





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Recuérdate del olvido


5

Hola Amanda. Hola chicos. Iris, les sirvió lo que te dejé ahí. Si, de hecho seguíamos indagando al respecto, fíjate en esto: un señor de esos dijo que el hombre es ese ser que se angustia, y partiendo de la angustia como sentir, pudiera ser quizás el motor de qué deseamos usar para que esté presente en nuestros recuerdos, rechazando así lo que no nos es útil para traer a colación en un momento determinado. Olvidas el placer Iris… el gusto, inducido o no, crea adicción, y qué tal si la angustia, así como el olvido, son recursos para el placer; no crees que hasta el ridículo tiene su encanto por el fin que pueda llevar escondido, a veces la gente sólo se ríe, obviamente esa es otra manifestación de placer, pero eso es tan extenso, tan complejo… mira, vamos a dar una vuelta, deja a tus compañeros acomodarse bien en la casa…

Y aquí empieza una función. Gisela, escuchaste lo que dijo Amanda, la angustia y el olvido como placer. Placer Fran, sí, uno puede olvidarse por ejemplo de un amor declarado tan sólo porque se le tiene ganas a otro cuerpo en un momento determinado, por cierto, ya abriste la botella. Sí, pero pensaba esperar a Iris y claro, a Amanda si quiere. Recuérdate del olvido. Claro; salud, y por cierto, sígueme contando del olvido, me interesa, por ejemplo yo puedo olvidarme de una angustia en este momento: y es cuánto se pueden demorar las muchachas en llegar. Exactamente Fran, yo puedo olvidarme de los compañerismos y ver que la angustia, ahorita, se me viste en calor de ganas. Dímelo más de cerca, así de cerca, tan cerca que puedo quitarte esa gota de vino que descansa en tus labios con mi lengua. Bueno, eso sí no deberías olvidarlo… Y digamos que transcurre suficiente tiempo en cada punto de los puntos suspensivos; suficiente tiempo para que Gisela se quite toda la ropa, para que Francisco tome la botella y deje caer pequeños sorbos sobre el cuerpo que se le exhibe en este momento. Suficiente tiempo para que su boca salude en besos a todo el ser de Gisela, la cual, en este momento otra vez, se representa con el puro cuerpo... Torpe pero con determinación, Francisco se quita los pantalones y olvida quitarse la franela, se quita los interiores, de adentra en la humedad de Gisela, en la ofrenda de la angustia y del olvido que se conjugaron – sin caer en reglas – en la palabra clave que dijo Amanda: placer. ¿Y Amanda? ¿Qué tan placentera en su angustia, su olvido? ¿De dónde saca la idea? ¿Será hora de hablar de Elsa? Esperemos otra función, ya ésta parece que ha culminado… Me fascinas Gisela, me encantas…





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
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