Pretextándonos con palabras y gestos nuestros cuerpos recitan la canción del tacto: las estrofas de dedos y manos y los coros de caricias y labios…
Nos vemos en miradas y en la reciprocidad de la sonrisa errante; esa que regalamos al señor del sombrero y la niña y sus juegos. La misma que exhibimos al mundo y que sólo nosotros comprendemos…
Nos susurramos de lejos; como quien evoca pasados con vientos. Como quien saluda al alma al mirarse al espejo…
Nos citamos en el texto y en el trato. Nos pronunciamos cuando hablamos lento…
Nos despertamos, nos llamamos; nos recitamos, y nos citamos de nuevo…
Nos vemos en miradas y en la reciprocidad de la sonrisa errante; esa que regalamos al señor del sombrero y la niña y sus juegos. La misma que exhibimos al mundo y que sólo nosotros comprendemos…
Nos susurramos de lejos; como quien evoca pasados con vientos. Como quien saluda al alma al mirarse al espejo…
Nos citamos en el texto y en el trato. Nos pronunciamos cuando hablamos lento…
Nos despertamos, nos llamamos; nos recitamos, y nos citamos de nuevo…