viernes, 3 de agosto de 2012

Angustia tormento…



Se han caído los gritos callados. No hay voces que alcen las quejas cuando la espuma está tan llena de lamentos. Bebamos y olvidemos. Nos queda poco para ahogar los vacíos. Disfruta la paz que produce el tormento, pon música; imagina, los problemas no desesperan por esperarte, así que no te desesperes con los problemas. Piensa ahora, ya sabes que existes y qué no hiciste; se te olvidó reaprender a escapar: ya no eres capaz. Entiéndelo y no lo intentes. Cae y calla, la nada no da más…



jueves, 2 de agosto de 2012

¡Ni qué ocho cuartos!



No vale un centavo una pregunta de cincuenta mil lochas cuando se le desestima con ocho cuartos. Ocho cuartos dijiste sin el dos que dejaste: así vale lo valorado. Barato que abunda pero a cada quien le toca caro; costoso quizás por pagarlo sin cumplirlo, no obstante; lo buscamos. Lo encontramos en respuestas falsas, ciertamente, ya abunda la incertidumbre en venta; nadie hace la pregunta nueva por creerse antigua y obsoleta: nos hemos visto vastos de repetidoras y repetideras. Ayer te hallé y Ay porque no hay: hubo sin haber. Pasó; y eso que antes no pasaba: pesaba tanto y el tinto nos manchaba, no, no te marchaste, y no por querer quedarte; sino para poder quererte y nuevamente te quejaste…

¡Qué reencuentro ni qué ocho cuartos!