lunes, 28 de julio de 2014

Reaccionar a la crítica



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Hola César. Hola Denise, qué te trae por estos lados. Acabo de despedirme de Bart. Seguro te dejó lo del trastorno narcisista. Sí, a ti también por lo que veo. Sí, lo leíste. Aún no. Bueno, vamos, ya que estamos aquí, siéntate. Dale. Es una afección por la cual las personas tienen un sentido exagerado de egocentrismo, una extrema preocupación por sí mismas y una falta de empatía con otras personas. Se desconoce la causa de este trastorno. Se piensa que las experiencias tempranas en la vida, como una crianza particularmente insensible, juegan un papel en el desarrollo de este de este trastorno. Vete a la parte de los síntomas. Bien.  Una persona con trastorno de personalidad narcisista puede: Reaccionar a la crítica con sentimientos de rabia, vergüenza o humillación. Ese es un buen punto, quién asume bien una crítica, me pregunto. Nadie Denise, a nadie le gusta que lo critiquen, el tema está en el autocontrol, hay quienes replican con fuerza y hay quienes callan para mejor, pero eso no quiere decir que el silencio absorba las aguas de la rabia. Ajá; Aprovecharse de otros para lograr sus propias metas, algo me dio Bart sobre el honor en el costo y el provecho del esfuerzo. Creo que era al revés. Sí, pero eran unas preguntas así, el mérito pues y el resultado con o sin él. No sé, es muy subjetivo Denise, puede que el mérito, o el esfuerzo, no sé, estribe precisamente en aprovecharse de otros… Crees que está mal eso: aprovecharse de otros César. Eso lo van a decidir el propósito y mis ganas. Entiendo, sí quiero demasiado algo y en alguien veo una oportunidad de tenerlo pues, qué se le hace. Eso es lo que me diferencia de Bartolo Denise, a mí no me gusta quedarme con las ganas, menos aún si se trata de preferir perder una oportunidad por no querer aprovecharme de otro… Requerir atención y admiración constantes. Obvio. Estar preocupado con fantasías de éxito, poder, belleza, inteligencia o amor ideal; Iris es tu amor ideal César. Lo es Bartolo Denise. Tiene todo lo que quiero en hombre. Te trata bien. Demasiado bien César. Y eso te gusta siempre: no te gustaría que te den un golpe de vez en cuando, o que te hablen sucio. No, para nada. Y te ha pasado… te lo pregunto porque nosotros como hombres pasamos por lo mismo, nos encanta la mujer angelical y nos fascina la chica perversa, luego nos entran las dudas después de ver la perversidad: dónde lo aprendió, con quién, una mujer así se conforma con un solo hombre; siempre nos lo preguntamos. Entiendo César, por eso a la perversa no la quieren en serio, pero es de la que más hablan. Y ustedes no quieren lo mismo acaso. No estoy segura, quizás queremos todo y nada a la vez, o lo que venga, o cómo venga, por cierto, tú cómo me ves: angelical o perversa. No me importa cómo eres con Bartolo, pero si te da curiosidad cómo te veo, hablemos luego, justamente el tierno de tu novio me debe estar esperando en la oficina. Antes de que te vayas, veo que tu hoja con la explicación del trastorno tiene el membrete. Sí, dice Medline Plus. Gracias, ahí a lo mejor hay más del tema. Pero no de lo que hablábamos Denise. Tonto. Llámame. Llámame tú. Dalo por hecho…



Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
Bienvenidos sus comentarios, desde ya es un honor…

lunes, 21 de julio de 2014

El debate



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Hubo una vez un debate hace no tanto tiempo. Puede decirse que tuvo lugar en la universidad o en la institución. El debate consistía en algo así como la asignación de roles según el género: es que ustedes los hombres son tal cosa… es que las mujeres son tal cosa… pero tal fueron las cosas que la conclusión fue que los roles, con el tiempo, se han ido alienando de parte y parte, y eso idealiza un poco aunque no de forma directa, el debate general de la nación y aquello que se intentó asomar hace rato entre los grupos que buscaban someter al opuesto.

Para la pretensión de estas líneas, los géneros han tenido facetas, recordemos pues las preguntas locas de las páginas anteriores: Si Elsa fuera Iris, cuándo sería Amanda; siendo Denise Gisela… sin olvidar por supuesto: Ya que Bartolo no es César, entonces por qué cuando era Juan, no prefirió seguir siendo Henry, si ya es Francisco…

Se fue Amanda y Amanda empezó con Bartolo. Si esto fuera un ciclo, Bartolo empezaría a repetir su historia ahora con Denise, pero su historia empezó con Iris, que quizás fue el comienzo de lo que terminó siendo Amanda... No nos queda claro si Elsa es ajena a Gisela o si Francisco y Juan son dos versiones de la misma faceta, pero si es hora concluir que cada inicio está ocurriendo, y es aquí cuando el tiempo es relativo, porque el pasado está presente y las facetas se repiten…

Diez pasos derechos al frente y diez pasos izquierdos que secundan, con cierta lentitud, pues cada mente está en lo suyo, diez miradas hacia arriba, diez miradas hacia abajo acompañadas de diez suspiros... Si quisiéramos ver esto en géneros, pudiéramos decir que un hombre y una mujer están sincronizando sus cinco facetas favoritas, tal vez para detenerse un momento en el tiempo y pensar qué han hecho de ellos como personas, por qué han tenido que dividirse precisamente en esas facetas, y ahí empezamos, a cambiar de puntos de vista, a hacer un ejercicio de empatía…



Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
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