miércoles, 12 de noviembre de 2014

lo del control cambiario es una oportunidad y una condena



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Pase por aquí señorita, me dice entonces que quiere optar por la vacante. Si, desde febrero andamos sin clases y la verdad es que para los que sólo estudian, esto puede representar una gran pérdida de tiempo, por cierto, a qué debo la formalidad; he de tratarlo de usted aquí en la oficina. No tonta, estamos en confianza, a propósito de lo que has dicho, por qué piensas que pierdes el tiempo, tengo entendido que el estudiantado se ha sumado a una lucha social; pienso que independientemente de los resultados inmediatos, tener una causa es algo que ennoblece, mi hermano por ejemplo se ha sumado a las barricadas, cada día cree más que el futuro del país yace en no dar marcha atrás. Tu hermano vive contigo y tú cubres sus gastos, si no tienen comida hecha él puede ordenar algo por teléfono, no es mi caso, yo vivo, como bien lo sabes, con Iris y Francisco, y nosotros a su vez vivimos con Amanda, que es a quien pagamos por el cuarto, el poco dinero que me queda lo obtuve de aquellas veces en que viajaba con las tarjetas de crédito de todos los amigos de Amanda, de hecho tuve la tuya, querías unos dólares también. Todos queremos Gisela, lo del control cambiario es una oportunidad y una condena. Yo sé Henry, pero ya no puedo viajar y ya eso no se puede seguir haciendo, necesito algo aunque sea de medio tiempo. Te entiendo, pero me preocupa que esto pueda cambiar las cosas sabes, cosas como lo que pasó aquel día, no sé si tú lo olvidaste, pero yo sigo celebrándolo, aquel cuerpo a media luz y a medio vestir, aquel frío que necesitaba calor, calor de dos cuerpos juntos, bailando sobre aquella cama, desnudos, de verdad fue de dioses: divino pues… No tiene por qué cambiar Henry y no lo he olvidado, no creo que vaya a trabajar para ti, a menos de que la vacante sea aquí a tu lado. No, la jefa de la otra ala necesita una estudiante, por eso pensé en ti. Ese día hablamos mucho, y no sólo con nuestras manos… Ahí conocerás gente importante, los chivos se la pasan más de aquel lado. Si me dan el puesto lo celebraremos en grande. Pero mejor incluso si lo celebramos en privado, por cierto, qué piensas hacer con Fran. Tú qué piensas hacer con Amanda. Amanda ya habrá pensado por los dos, es más, por todos, esa es una sus virtudes… Fran me conoce, sabe que fuimos un producto de las circunstancias: convivencia y oportunidad, así es para él. Bueno, visto así, yo soy para ti eso, oportunidad y convivencia… Pero todavía no he sido Amanda, si lo fuera, a lo mejor. Te burlas de mí. No tonto, es sólo por decir… 





Escribí unos cuantos pensares pensados a través de diez personajes, lo llamé Per se. Lo llamé así por su significado, o más bien por su uso (en sí) El texto completo está disponible en el siguiente enlace:
http://www.bubok.es/libros/234178/Per_Se
Si gustan, pueden acceder a él de forma gratuita aquí:  
https://docs.google.com/file/d/0BwcyukbxfDSZazZvLU55YklGQVE
Bienvenidos sus comentarios, desde ya es un honor…
 

viernes, 7 de noviembre de 2014

cuando yo también es también yo tampoco


Uno siempre quiere encontrar algo interesante con lo qué poder empezar un pensamiento escrito. No siempre se consigue. En mi experiencia son más las veces que no a las que sí, pero definitivamente con lo que no se puede es con el hecho de guardarse para los adentros lo que necesariamente debe ser expuesto de la forma que sea y este es mi porqué: si el pensar no se vierte en expresión, se malforma; se fusiona con la percepción y se escupe en cualquier estupidez, por eso a veces ciertos impulsos… buscaba el origen de la comparación: estoy en eso ahorita, la falta de tiempo y la ansiedad suelen fungir de muletas para el hastío, y cuando éste camina pues, nos terminamos apoltronando: repetimos virtudes y pesadumbres que, si buen pueda que nos incumban, no son el motivo en sí de lo que pensamos… resulta pues que comprar y comparar comparten su historia: tienen que ver con disponer. Luego me encontré con el señor Festinger y su teoría de la comparación; cito: “los grupos sociales ejercerán presión sobresus miembros para que haya uniformidad, tanto en las opiniones y creencias comoen las habilidades; cuando entre los miembros de un grupo hay discrepancias deopinión, lo más frecuente es que las personas que mantienen ideas discrepantesreciban presiones para cambiar de opinión, de tal manera que se ajusten a lasdel grupo. En caso extremo se seguirá la estrategia de rechazar a los miembrosdel grupo que mantengan diferencias con respecto a los demás, en resumen, lateoría de la comparación social de Festinger postula que existe una tendenciauniversal a evaluar nuestras creencias y habilidades, que confiamos en lacomparación con otras personas cuando no existe otra fuente objetiva decomparación con aquellas personas que consideramos próximas y similares anosotros…” ¿Son los populares, digámosles celebridades; similares a nosotros? La tecnología parece decirnos que sí, de hecho, no es sólo eso, a propósito de lo que estoy exponiendo, lo único que nos dice, hay más: la tecnología nos dice que todos somos iguales en el mundo virtual, tanto así que la plataforma es la misma y todos formamos parte de ella, ergo, si fulano de tal toma fotos de lo que come, yo también; si fulana de tal quiere que veamos su progreso en su régimen alimentario, yo también y aquí viene el delirio: cuando yo también es también yo tampoco. Les hablé de muletas, muletas con nombres, por eso somos tan solidarios con el hastío, para aburrirnos todos ante la aceptación de que la sorpresa no se produce por consecuencia más que por comparación, y pues como estamos dispuestos; salimos a comprar, porque comprar es mejor que producir, como creer es más fácil que pensar (lo leí por ahí)…