Sol con lluvia dan la bienvenida al día y a su concurrencia de rutinas; a lo cual se le incorporan unos cuantos pasos de zapatos, tacones y sandalias. Pensamientos de fe y desesperanza agregan ruido a las calles y se unen a bocinas de vehículos para los ya clásicos acordes disonantes; nos abstraemos con la música individual y nuestros pensamientos de labios sellados. Vamos al trabajo, al colegio; a la institución universitaria…
Se repiten las caras y las frases, así como las historias del día anterior. El futuro cercano que no se acerca lo suficiente, y el que deja de ser futuro para ser presente…
Mi cuerpo, que reúne unos cuantos pasos adicionales a los de siempre, toma ventaja para sentir un poco el agua que cae de los cielos, y de cierta forma sumar a la piel el sentimiento de las nubes: una gota que se aloja en el cristal del lente, para recordar las veces que he llorado; unas pocas descansan en mis labios, para las veces que he besado; otras buscan asilo en la ropa, para recordarme el calor con frio; y otras se esconden en mis pies, para no olvidar el camino que sigo…
De vuelta a la rutina…