Sí, suavemente, así van
mis labios alrededor de tu cuello, oyes de cerquita mi respirar así como
también sientes mi corazón en tu espalda, sabes que acelero y qué acelera…
Disculpe, ¿qué número tiene? no, hoy no dieron números, orden de llegada y tengo
más de veinte adelante, ¿y cree que alcance? bueno, ya estamos aquí… Dónde me
quedé, ah sí, acelero y acelera, te das la vuelta, quieres decir algo pero
prefieres decirlo con tu cuerpo, levanto los brazos… ¿Tiene rato aquí verdad?
por qué lo dice, es que lo vi estirándose, Sí, si tengo… Es tu turno y ahí
empiezas a hacer de las tuyas con tus manos… Disculpe, veo que no me va a dar
tiempo si sigo aquí esperando, ¿me puede cuidar el puesto? Claro Señorita – y así
la imaginación se me fue cuando llegó la realidad que menos esperaba. Soñar no
cuesta nada y más mientras espero, ahora me tocará hablar con el señor de atrás
que desde hace rato quiere como buscar conversación – ¿Primera vez que le toca?
sí hijo, me llamó la atención que lo veía sonreír mientras la muchacha de adelante
se veía bastante estresada, sí, tenía otra diligencia aparte de esta cola,
quizás por eso es mejor cuando dan números, y sin embargo, con lo del número parecemos
ganado, bueno, de alguna forma de eso se trata el orden social ¿no? Haber evolucionado
para convertirnos en el ganado que explotamos, mire puede ser, y será por eso
que algunos abogan por el caos, lo irónico es que esto ya es bastante caótico.
Mala gestión, ¿y cuál fue la buena? dígame usted que ha vivido más, no sabría
decirle porque ahora que lo pienso, lo caótico, como usted dice, siempre ha
estado; posiblemente no por colas, pero sí por alguna otra razón, no recuerdo
época en la que no me quejara y no recuerdo pasado que no haya sido mejor, hay
un nombre para eso, sí, y por lo menos no es un número aún. Por cierto ¿en qué
pensaba? En que ojalá la imaginación se hiciese realidad de vez en cuando, en
que eso de que si lo puedes imaginar lo
puedes realizar no se me da muy bien, ¿y por eso se reía? No sabía que me
reía pero sí; luego de un choque con lo real y luego de aprender a causa de
ello, es mejor sonreír aunque el pasado haya sido mejor y aunque sepa que me
voy a seguir quejando. Hay quienes lloran, bueno, hay quienes el pasado no les
sonrió tampoco…
Blog dedicado a la redacción de escritos, en su mayoría originales. /Blog focused on original writings mostly
miércoles, 12 de marzo de 2014
martes, 11 de marzo de 2014
Quinientos…
¿Qué es un ciclo? El portal
definición punto de lo define como cierto
periodo temporal que, una vez finalizado, vuelve a empezar. También se trata de
la secuencia de etapas que atraviesa un suceso de características periódicas y
del grupo de fenómenos que se reiteran en un cierto orden… eso a grandes rasgos…
dos amigos debatían como actividad lúdica que sugiere catarsis: antes aquello
para ahora esto, los podía que fueron
pude y que ahora son no puedo, el paso de la exigencia a la
petición; exhortamos, se dice mucho en estos días… paseaba una muchacha muy
bonita y la plática cambió de tema, hablaron más los ojos mientras el tongoneo
acontecía… volvimos al debate, grandes pensadores se nombraron, tanto análisis
para llegar a meras citas cuyo peso pareciera haber pasado, una versión light
de lo que fueron grandes estudios: escuelas económicas, hoy hay de todo un
poco, gente sin capital repudiando a un socialismo que quienes lo siguen,
siguen pensando a lo neoliberal, es aburrido, todo indica que nos limitamos tú
a ver todo mal donde yo quiero ver todo bien, al final nuestros líderes no se
pelean como acabamos de hacerlo nosotros, el café nos cayó mal por no haber
callado a tiempo, ahora sentados frente a frente, ya de regreso a la oficina,
decidimos por hoy no hablarnos… Me quedé pensando en la muchacha, falda larga,
atractivamente larga, raro, raro para nosotros que disfrutamos el desnudo. Retomando
el tiempo de los recuerdos y las referencias, el de nuestros abuelos fue duro,
si seguimos subiendo por las ramas del árbol familiar, con seguridad
encontraremos un inmigrante, somos un pueblo joven, hubo guerras de cuerpo a
cuerpo, y la dificultad fue legada a muchos de nuestros viejos, los últimos
trabajaron duro para que nuestro paso por la vida sea un tanto menos severo,
nosotros, que estamos tan al día con las globalidades, posiblemente haremos de
nuestros pequeños nuevos pensadores, los nuevos últimos serán como los antiguos
dandis, sabían mucho pero hacían poco, ya hay algo de eso actualmente, por eso
mi amigo y yo debatíamos, ambos asalariados con la misma tarifa; ambos
premiados por la obtención de un título universitario, que no es más que el
modo actual de lo nobiliario. De hecho, algo así leí por ahí; nobles sin fortuna
que se sientan detrás de un escritorio a cambiar el curso del mundo, la
república no es monarquía, pero sí que se mantienen aun esas Cortes… Pasó la
jornada, y con ésta también pasó la rabia, nos fuimos por unos tragos, y quién
sabe, también podríamos toparnos con otras faldas para admirar y fantasear…
jueves, 6 de marzo de 2014
La declaración del Presidente…
En vista de los tantos problemas y patrañas
que han venido surgiendo por parte de los partidos políticos, hemos decidido,
por unanimidad, convocar a La Asamblea Constituyente, para que delibere junto
con el pueblo la nueva propuesta de elección presidencial… luego de eso
llegaron los infortunios, se decidió acabar con las cúpulas, pusieron a la
voluntad de un programa computarizado la elección del Presidente, y así fue,
hace ya unos meses, después que me declararan el divorcio, esa misma tarde
mientras asimilaba la buena nueva muy pero muy mala, usted ha sido electo
Presidente de la República…
no sabía qué hacer, quería encerrarme en algún cuarto de esta casa a llorar, a
recordar, a hacer lo que muchos hacen cuando están tristes; cuestionarse, darle
una bofetada al orgullo, humillarse, llamar para que te traten mal, rogar y
arrastrarse y luego negarlo ante los amigos; eso quise, y estaba por empezar a
hacerlo, iba a comenzar por el teléfono, pero tenía demasiadas llamadas, tantas
que el aparato colapsó. Miles de felicitaciones, de apoyo desconocido que
según, siempre estuvo ahí. Hasta ese miembro de la familia que no me hablaba,
hasta ese – esa – me llamó… Me tocaron la puerta del cuarto, el timbre de la
casa, ya el callejón donde vivía estaba lleno de periodistas de todos los
canales, y bueno, así fue, el nuevo presidente del que habían recién
prescindido como amante, como compañero. Me pedían sonreír y me pedían unas
palabras, ya portaba unas pocas lágrimas que nunca pude terminar de llorar,
creían que era por la emoción, como si esto yo lo pedí, como si yo era de esos
ciudadanos comprometidos con alguna causa, no, yo estaba armando mi nuevo hogar
– el que nunca estrené – ése por el que pedí aquel crédito más aquellas deudas.
Me consiguieron un saco, entraron a la casa y me llevaron casi obligado. A
todos los conocía de vista, claro, eran los aun ministros y diputados, todos a
mi alrededor, hablando entre sí y conmigo, al mismo tiempo, yo ni entendía,
empecé a decir que si y que no según el tono en que lo preguntaban. Fui al
baño, obviamente no sabía donde quedaba, me senté un rato, le escribí a un
amigo, estaba en línea, pero no conmigo, no sé, siempre pensé que entre él y mi
mujer algo surgiría, eran como parecidos, eso me carcomía, pero me tocaron la
puerta, Presidente, hay que revisar los convenios… Empezó mi gestión,
curiosamente los malos no lo eran tanto, resulta que había muchos de esos:
memorandos de entendimiento, y sí, pues nos entendíamos muy bien con el
supuesto enemigo, con todo el mundo en realidad, la crisis, bueno, era
inevitable, todos aquí querían algo y presionaban por ello, al final tenía que
ceder, que si este está con no sé quién, que si aquel maneja tales consorcios,
este otro es el socio en secreto del que se la pasa criticando, y al final
pues, todo el mundo estaba conectado, como los seis grados de separación, así,
unos con otros, tal cual, entre todos, defalcaron al Estado… Yo me excluyo,
pero no por honesto, no, con los días empecé a darle trabajo a los amigos,
incluso a ése, al que se quedó con mi mujer, puse a muchos en muchos cargos,
pero a ninguno lo puse de jefe, eso sí lo tenía claro, si los quería ayudar, no
podían estar a la cabeza de algún instituto, habría caído en nepotismo. Viajé,
hice contactos, hasta traje al país la banda que tanto me gustaba, olvidé
decirles que era músico antes de ser Presidente, pero no viene al caso, ustedes
me están juzgando por otros cargos, yo no tuve la culpa, la culpa la tuvo el
Parlamento, fueron ellos quienes eligieron al presidente al azar – con un
programa de computadora – yo qué iba a saber, ese día me enteré que me
divorciaba, que me dejaban por un amigo… y bueno, ya destituido pues, no tengo
más qué declararles, estar repitiendo este cuento cada mes es fastidioso, como
fastidioso es también que la gente me señale, yo siempre quise ser famoso, pero
por músico, no por corrupto…
miércoles, 5 de marzo de 2014
La alegría y la tristeza pueden andar unidas, no son como el agua y el aceite…
“Las palabras son así,
disimulan mucho, se van juntando unas con otras, parece como si no supieran
adónde quieren ir, y, de pronto, por culpa de dos o tres, o cuatro que salen de
repente, simples en sí mismas, un pronombre personal, un adverbio, un verbo, un
adjetivo, y ya tenemos ahí la conmoción ascendiendo irresistiblemente a la
superficie de la piel y de los ojos, rompiendo la compostura de los
sentimientos, a veces son los nervios que no pueden aguantar más, han soportado
mucho, lo soportaron todo, era como si llevasen una armadura, decimos…”
“La consciencia moral,
a la que tantos insensatos han ofendido y de la que muchos más han renegado, es
cosa que existe y existió siempre, no ha sido un invento de los filósofos del
Cuaternario, cuando el alma apenas era un proyecto confuso. Con la marcha de
los tiempos, más las actividades derivadas de la convivencia y los intercambios
genéticos, acabamos metiendo la consciencia en el color de la sangre y en la
sal de las lágrimas, y, como si tanto aún fuera poco, hicimos de los ojos una
especie de espejos vueltos hacia dentro, con el resultado, muchas veces, de que
acababan mostrando sin reserva lo que estábamos tratando de negar con la boca.
A esto, que es general, se añade la circunstancia particular de que, en
espíritus simples, el remordimiento causado por el mal cometido se confunde
frecuentemente con miedos ancestrales de todo tipo, de lo que resulta que el
castigo del prevaricador acaba siendo, sin palo ni piedra, dos veces el
merecido…”
Fragmentos de Ensayo
sobre la Ceguera, de José Saramago
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