viernes, 21 de septiembre de 2012

Conversatorio de taberna…




Dos birras, por favor. ¡Qué! ¿No quieres? Sólo los tontos vuelven a la oficina un viernes de quincena. Si tú lo dices; me encanta tu epicúreo concepto, este sitio es hasta feo, pensé que nada más comeríamos. Epicúreo será tu madre, por si acaso…


Sin duda, el contendor por excelencia es la pareja. No si son equipo. ¡Equipo! Tu pareja celebra tus triunfos únicamente cuando los suyos están a la par o por encima, o cuando percibe algún beneficio por tu presunta victoria; la derrota ya está declarada, a todos les molesta el logro. A mí no. A ti también, viejo. El hecho que no lo digas no implica que no lo hagas, o peor; que no lo sientas así. El confort del progreso ajeno descansa en el hecho de que tengas logros propios. La comprensión estriba en la competencia. No te molesta que a otros les vaya bien porque no compiten contigo, porque tú compites con otros otros. Basta que hagas un opositor y verás que hasta te harás chismoso, cosa que, según tú, tanto detestas. Ahora que mencionas al chisme, fíjate que mucha gente confunde opuestos, sobre todo eso de peor mejor. Las comparaciones molestan, y molestan por lo que dan a entender. Estamos en lo mismo; otra ronda. ¡No y que no querías! Bueno, ya estamos aquí…


Como te decía, las comparaciones; tengo amigos constantemente emprendedores en la búsqueda de algo peor, es increíble; el hecho de que haya algo más desventurado justifica el infortunio propio. Hasta los políticos caen en eso. Si, compiten por los errores y no por los aciertos. Es que el acierto es encontrar el error. Exacto; tal como los amigos. ¿Dónde y quiénes no son así? No sé, nadie; en ninguna parte, supongo. ¿Qué te dijo tu mujer? A mí, nada, ¿Por qué? Bueno, empezaste diciendo que el contendor, que la pareja. No vale, pensé en voz alta, el resto es sólo un repertorio de pasto y miércoles que me provocó agregar. Por cierto ¿Qué es Epicúreo? Olvídalo. Mira, termínate esa birra que tenemos que regresar a la oficina. Siempre tan tú…



martes, 18 de septiembre de 2012

Y sigo mis instintos sólo buscando la esencia…

Escucha el tema

Aún sin nada qué hacer, 
me olvido de las horas 
sumergido en el 
eterno canto del mar. 
Lejos, 
en la distancia, 
he logrado despejar: 
mi corazón, mente y alma; 
hasta el punto 
en que he olvidado 
todo mi alrededor 
y mi propio ser, 
para entender: 
la frecuencia ficticia, 
en esta escena de pena; 
en estos tiempos 
de indiferencia…





Y viajo en el tiempo, y nado en recuerdos…

viernes, 14 de septiembre de 2012

Digamos me hace falta tiempo sin tiempo…




Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado
porque les sobra
o ya no saben qué hacer con él
tiempo en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño oscuro
no me importa el color cándido tiempo
que yo no puedo abrir y cerrar como una puerta

tiempo para mirar un árbol
un farol
para andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme cuerda
preciso tiempo
el necesario para chapotear unas horas en la vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto antiguo

tiempo para esconderme en el canto de un gallo
y para reaparecer en un relincho
y para estar al día para estar a la noche
tiempo sin recato y sin reloj

vale decir preciso
o sea necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.



Mario Benedetti (14 de septiembre 1920 – 17 de mayo 2009) 

“Yo soy enemigo de la inflación palabraria y me parece que el dolor se dice callando…” Eduardo Galeano frente a cámaras, al hablar de la muerte de Benedetti.